EL HOMBRE
Había un hombre llamado Yae. Aquel hombre tenía dos sobrinos, uno se llamaba Yang y el otro Yng. Los dos sobrinos eran unos guerreros fuera de lo normal, podían hacer cosas que nadie conseguía ni con horas y horas de ensayo.
Yang estaba enamorado de la princesa de China llamada Nahomi. Ella tenía que hacer un gran viaje a las afueras de Japón,porque su padre estába alli por cuestiones de trabajo. Yang estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que la princesa Nahomi pudiera conocerle. Yng había pensado un plan para que la princesa Nahomi pudiera conocer a su hermano. Estuvieron pensando toda la noche, y a la mañana siguiente, Yng fué corriendo donde Yang y le empezó a contar su plan.
Al mediodía fueron a hacer lo que habían pensado. Llegaron al gran puente de China escalando, porque estaba cerrado para todo el mundo menos para el rey, su familia, y sus amigos. Lógicamente ellos dos no tenían acceso. Estuvieron esperando horas y la princesa seguía sin pasar. No había nadie, apenas un pájaro.
Al rato vieron venir a un barco con muchos colores. Cuando el barco estaba a punto de pasar bajo el puente, Yang desesperado empezó a gritar y a saltar. ¡Por poco no se cayó al río!
Yng no sabía qué hacer. Suspiró una vez, se dió la vuelta y le dijo que ya no podía hacer nada más por él. Yang le dijo que estaba muy agradecido, y que le bastaba con que siguiese siendo su hermano. Sin esperarlo, la princesa Nahomia abrio el velo del barco y se asustó, pero no porque estuviesen ellos allí, sino porque si los soldados les veían, les iban a detener.
Los hermanos se escondieron detras del barco, y el barco pasó como si nada. Yang se fue muy contento por haber visto a la princesa, y agradeció a Yng todo el esfuerzo que había hecho para ayudarle.
Yang estaba enamorado de la princesa de China llamada Nahomi. Ella tenía que hacer un gran viaje a las afueras de Japón,porque su padre estába alli por cuestiones de trabajo. Yang estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que la princesa Nahomi pudiera conocerle. Yng había pensado un plan para que la princesa Nahomi pudiera conocer a su hermano. Estuvieron pensando toda la noche, y a la mañana siguiente, Yng fué corriendo donde Yang y le empezó a contar su plan.
Al mediodía fueron a hacer lo que habían pensado. Llegaron al gran puente de China escalando, porque estaba cerrado para todo el mundo menos para el rey, su familia, y sus amigos. Lógicamente ellos dos no tenían acceso. Estuvieron esperando horas y la princesa seguía sin pasar. No había nadie, apenas un pájaro.
Al rato vieron venir a un barco con muchos colores. Cuando el barco estaba a punto de pasar bajo el puente, Yang desesperado empezó a gritar y a saltar. ¡Por poco no se cayó al río!
Yng no sabía qué hacer. Suspiró una vez, se dió la vuelta y le dijo que ya no podía hacer nada más por él. Yang le dijo que estaba muy agradecido, y que le bastaba con que siguiese siendo su hermano. Sin esperarlo, la princesa Nahomia abrio el velo del barco y se asustó, pero no porque estuviesen ellos allí, sino porque si los soldados les veían, les iban a detener.
Los hermanos se escondieron detras del barco, y el barco pasó como si nada. Yang se fue muy contento por haber visto a la princesa, y agradeció a Yng todo el esfuerzo que había hecho para ayudarle.